La jungla - Empática
En una sociedad individualista, ella era la excepción. Había irrumpido en su vida una nueva compañera que parecía tener inagotables ganas de compartir, de conocer y de acercarse a ella. Ella. Un ser complejo y de intensas emociones. Ella que protegía su castillo frente a posibles intrusos que fueran a restar más que a sumar. Ella, con mil obligaciones impuestas, una lucha incansable a diario por subsistir y un amor por una profesión vocacional, pero sumamente infravalorada. Ella, que ponía todo su empeño en ayudar a quien lo necesitase y que tan poco reconocido veía ese esfuerzo genuino. Ella, que era luz. Lejos de generarle desconfianza, esta nueva desconocida, que poco había experimentado la vida en una ciudad incansable, pero que mucho había aprendido ya de ello, le generaba el deseo de conocer más, de compartir. Su intuición vibraba en positivo cuando se sentaban a charlar y algo en su subconsciente le decía que compartían más de lo que a simple vista se podía apreciar. Querí...