6. Epifanía
Querido Desconocido,
Hoy he descubierto algo que,
desde luego, no me llevará a la fama y que tantos otros ya descubrieron antes
que yo. No obstante, para mí, se ha convertido en mi propia epifanía. Es de
esas cosas que están siempre ahí y que no ves hasta que, un buen día, reparas
en ellas y el enorme peso de su evidencia te aplasta. Momentos. La vida se resume en momentos, de la naturaleza que sean.
Agradables o desagradables, el único ladrón de estas joyas es tu memoria. La
selección de los instantes define tu vida y todo lo que los rodee, sino está
dentro de dicha selección, será paja. No hace mucho vino a mi mente el recuerdo
fugaz de una noche de verano con su brazo sobre mi hombro y su tímido intento
de besarme. Volvió a mí el hormigueo, despertando un pasado que creía ya vivido.
Acto seguido, recordé la mala época que me llevó al fracaso académico y que me
hizo perder un año de mi carrera, otorgándome una fuerza frente al dolor que
creía imposible en mí. También recordé el romance platónico que nació en mi
corazón adolescente con aquel desconocido con el que solía cruzarme a diario, que
tenía en su mirada un magnetismo que haría temblar a cualquiera. Recuerdo a mis
amigos cuando aún no lo eran y la forma en la que nació ese vínculo que se ha
arraigado con fuerza entre nosotros. Y tantas otras cosas, envueltas por
lagunas temporales en las que mi memoria ha decidido dar paso al vacío.
¿Sabes qué? Me he sentido bien,
me he sentido increíblemente bien. Mi momento de introspección me ha devuelto a
mis yo del pasado y he entendido, gracias a ellos, mi presente. Me he
manifestado a mí yo actual, recordándome quién soy y por qué. Mi epifanía
momentánea que ha inundado de luz lo que podría haber sido un día cualquiera.
Querría poder decir esto a tanta
gente, hablarles de lo maravilloso que es reencontrarse a uno mismo, aprender a
revivir lo que nos conforma tan solo con el recuerdo de esos momentos guardados
en el álbum de la memoria. No pienses que he tirado el ancla en el pasado. El
futuro me emociona, me empuja a seguir creando momentos que guardar en mi
carrete para, después, revelarlos, como he hecho hoy. Y no quiero hacerlo en
solitario, quiero incluir nuevos rostros en mis aventuras y rodearme también de
los de siempre.
Si tuviera que dar un consejo
sería que debemos ser selectivos con aquellos a los que vamos a mostrar el
álbum de recuerdos y con qué páginas estamos dispuestos a quedarnos para
nosotros. Porque ese álbum eres tú y, como siempre, podrá ser utilizado en tu
contra, podrá agradar o no, causar enemistades o fortalecer lazos. Cuidado,
cautela, sentido común.
Creo que tras haber plasmado
esto, querido desconocido, ya me invade la satisfacción. Ahora, he dejarte para
continuar con mi misión diaria: vivir, crear, almacenar, seleccionar.
Cierro página,
Anónimo
PD: Si en algún momento, tú,
desconocido, encuentras esto, sé benevolente y cauteloso. Este pequeño
fragmento es parte de mi biografía: la auténtica. La que contiene mis momentos,
mi vida, la que yo he elegido y no la que cuentan los demás. Estimado lector
desconocido, deseo que algún día vivas tu propia epifanía y seas capaz de
amarte como lo fui yo. Si empiezas por ahí, podrás amar al prójimo sin el velo
de la inseguridad.
Dedicado a V.P.C.
Dedicado a V.P.C.
Comentarios
Publicar un comentario